domingo, 9 de abril de 2017

Venezuela (Poema)

VENEZUELA



Atalaya de mar, tus verdes playas
recibieron errantes castellanos,
y tus hombres de bronce les tendieron
acogedoras manos, dulces frutos
y la sombra verde de altas palmeras espigadas.
En esa tierra, la profunda montaña se estremece
cuando entre breñas, en cristalino vuelo
se lanza la cascada de El Ángel, desde el cielo.
El Orinoco fluye, entre ronco sonar de agua bravía,
rompiendo ya la selva en su porfía.
Al devenir el tiempo, se irguieron las ciudades,
blancas y silenciosas cual nidales
de garzas o palomas mensajeras.
Era un vivir angustiado el de tus hijos,
las cadenas pesaban en sus brazos,
el cantar era triste y el esfuerzo del pueblo
enriquecía las altaneras manos castellanas.
El alma de los hombres se hizo grave,
llama de libertad prendió en su pecho.
y surgieron entonces Miranda el precursor
y el genio de la historia, Bolívar y la Gloria.
¡Nada vence su afán, aún derrotado
vuelve al combate, osado, y su verbo arrebata
a las porfiadas huestes en la lucha!
Hasta que al fin un día Venezuela fue libre,
y el tricolor triunfante, ya flotó victorioso
en el confín del Ande.
Desde entonces, Bolívar, tu ancha sombra nos cubre
desde el llano hasta la cumbre.
¡Que tu invicta memoria ilumine a estos pueblos que tú quisiste hermanos!
¡Que sigamos tu huella asidos de la mano,
Padre nuestro Bolívar, Libertador de pueblos;
Cinco naciones velan el sueño de tu espada!


Inés Andrade de Soto

Quito, Junio 1985

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