lunes, 2 de noviembre de 2015

San Juan Bautista de Carrizal (III)

TÍTULO III
SAN JUAN BAUTISTA, SANTO DE LA ESPERANZA

“San Juan tó’ lo tiene, San Juan tó’ lo da”

Así comienza el canto surgido de la negritud maltratada por el conquistador europeo, de lo más hondo de su corazón, su anhelo de amor y libertad. La imagen de un santo negro, bonachón y parrandero nace, pues, de ese sueño.  Se identifica con sus dolores, con su angustia y con su esperanza.
San Juan Bautista es la imagen del amor y de la esperanza en todos los grupos de negros, cimarrones, mulatos y zambos de la América Hispana.
Es el santo más popular.  Todos los pueblos del centro y la costa del país, rinden culto al santo a través de sus manifestaciones folklóricas y religiosas. Desde Barlovento hasta Turiamo, Patanemo, Palma Sola, en muchas partes de los estados Aragua, Miranda, Carabobo, Yaracuy y el Distrito Capital, homenajean al santo durante uno o varios días consecutivos.  En general, en la víspera del 24 de junio se celebran oficios religiosos en la noche, al amanecer y en el día 24. Cuando se realizan fiestas patronales estas duran una semana y se tocan tambores acompañados de distintos instrumentos de percusión, tales como mina, culo e´puya, tambor mayor, cumacos, curbetas o curbatas, charrascas y maracas, entre otros.
En la colonia eran tocados en un día especial, cuando los amos permitían un día libre, durante el cual los esclavos no trabajaban; hacían “lo que querían”.  Era un día dado en libertad por los amos en la época colonial.  Por supuesto que había regocijo entre los esclavos, quienes ponían toda su creatividad a funcionar para la fiesta al día libre.  Es un pasado vibrante.  En ese día hasta las distinciones étnicas eran olvidadas. La danza era colectiva, los tambores contagiaban la alegría.  El tambor grande hecho con tronco seco del aguacate, lideraba la fiesta, seguido de la mina, la curbeta ó curbata.  Cada uno con su cuero templado al fuego.  También todo le daba sentido a ese universo, que hasta olvidaban sus miserias.  Las maracas reventaban de alegría con  cantos y recitaciones:
-¡San Juan!, ¡San Juan!, dame milcao
yo te daré pan.
ó:
Ay, ay, ay, ay!
Que también San Juan Bautista
con regocijo y esmero
de cuelga te dio un cordero
presentándolo a tu vista.


Por ser hoy día de tu Santo, 

con prósperas alegrías 

a tus puertas vengo a dar 

vísperas, noches y días. 

¡Ay, ay, ay, ay!

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